Me gusta esto que ha estado pasando. Todo partió en mi propia necesidad, una observación física de incomodidad y pudor que me llevo de vuelta al diseño y despertó la ambición por saber más. Hice ciencia en mí, comprobé en mi propio cuerpo que era posible. Era un objeto cargado de mi propio proceso. Días, semanas lijando y enmasillando, tratando de llevar a la perfección ese santuario de vida... preparando mi cuerpo con trabajo duro, rebotando en mi pelota mientras lijaba, haciendo sentadillas para llegar a esa curva que había imaginado en mis sueños. Un santuario del nacimiento para mi familia... ahí pasaríamos de ser 2 a ser 3. Y sucedió. Los portales se abrieron y emergió el amor transformado en ser... aquel que conocía mi voz, que se tranquilizaba en mi pecho. Sin llantos dolorosos, sin prisas, sin preguntas... un parto hermoso en mi silla de parto. Meses después esa pequeña flor empezó a dar nuevos brotes, empezó a correr la voy y me di cuenta de que esto era más grande. No era solo mi silla de parto, era una necesidad cambiar el modo en que traemos nueva vida a este mundo... porque de eso dependía el futuro de la humanidad.
Suena tan grande decirlo así, pero así invadió la idea mi corazón y aparecieron las preguntas, y aparecieron muchas personas que me ayudaron a contestar esas preguntas y poco a poco la flor fue convirtiéndose en un jardín. Un jardín tan fértil que cualquier semilla que en el caiga podrá florecer...
Hoy mi cabeza esta llenísima de ideas llenas de una pasión indescriptible que supera cualquier trabajo que haya hecho antes. Y sé que se transformarán en realidad... porque tiene carga de amor, carga de sueño y esperanza para el mundo que viene, para nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos... Me siento importante... HUM es importante. Gracias a todos los que aportaron en este sueño. HUM seguirá creciendo y pronto comenzara a liberar sus esporas para dar vida a nuevos jardines... NACER BIEN, VIVIR MEJOR...
